jueves, mayo 30, 2013

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HUMANIDAD Y COMPASION,
LITERALMENTE UNA DECISION
QUE APELA A LA BUENA VOLUNTAD.
Por CLAUDIA PALACIO
PREGUNTA: ¿El hecho de tener un hijo canadiense, garantiza el éxito en la aplicación de una visa de Humanidad y Compasión?
RESPUESTA:
Tal vez uno de los procesos de inmigración de los que más se habla entre las personas que se encuentran indocumentadas en Canadá es el de Humanidad y Compasión, pero éste es justamente el proceso en el que más desinformación hay.
La sección 25 del Acta de Inmigración le da la potestad al funcionario del departamento de Inmigración que revisa el caso de borrar cualquier tipo de inadmisibilidad que tenga el candidato y aprobar la residencia permanente, estando la persona dentro del país. Pero si bien el Acta de inmigración es la que define el proceso. Son estas guías las que hay que interpretar y entender.
La perspectiva bajo la que revise un proceso de humanidad y compasión es completamente discrecional del funcionario de inmigración. Este proceso no tiene puntajes mínimos exigidos, requerimientos de ingresos salariales o de años de estadía en Canadá, ni una lista de documentos de soporte que se deban enviar, y por lo tanto, deja completamente abiertas las posibilidades sobre los argumentos que se van a presentar y las pruebas que se van a aportar.
Las guías del programa dicen que el factor más importante en la toma decisión es cómo afecte la negativa del caso a los niños menores de 18 años involucrados en esta decisión, independientemente de su lugar de nacimiento y de residencia actual, es decir que el ser o no canadienses o vivir en Canadá en el momento de la toma de la decisión no es obligatorio ni debería marcar una diferencia sustancial en términos de la decisión.
Muchas personas piensan que cuando se encuentran indocumentadas en Canadá lo mejor que pueden hacer para garantizar la obtención de la residencia permanente bajo el proceso de humanidad y compasión es tener un hijo canadiense. Esta fue la pregunta que recibimos ayer en la oficina y que viene repitiéndose con alarmante frecuencia. Dentro de las razones de negativa de un proceso de Humanidad y Compasión los funcionarios de inmigración argumentan que, si bien el niño gozaría de ciertos privilegios viviendo en Canadá, también es cierto que ellos se adaptan rápidamente y que pueden hacerlo en el país de origen de sus padres, cuya nacionalidad pueden adoptar y por lo tanto gozar de los beneficios que les ofrece ese país. Es decir, que el sólo hecho de que haya niños canadienses involucrados en este proceso no garantiza el éxito del mismo.
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En segunda instancia se tienen en consideración el asentamiento económico, social y cultural de la familia en Canadá. Este asentamiento se da en términos de estabilidad laboral, vínculos con la comunidad y tiempo de residencia en Canadá.
Algunos de los conceptos erróneos que hay en cuanto a asentamiento son por ejemplo que el hecho de estar trabajando es suficiente; cuando en realidad un factor que juega en contra es si la persona lleva varios años en Canadá, recibiendo asistencia social y solamente renunció a ella y empezó a trabajar en el momento en que necesito presentar su solicitud de humanidad y compasión. Igualmente ocurre con la carta de la iglesia a la que pertenecen, el trabajo voluntario que hacen y las cartas de referencia de familiares y amigos. Las cartas estándar no le dan mayor soporte a una solicitud de humanidad y compasión; lo que se requiere es demostrar el valor que esta persona o familia tiene para la sociedad canadiense. En estos términos las personas e instituciones que dan las referencias deberían poder decir de qué manera afectaría la salida de esta familia del país en vez de decir que los conocen hace un determinado número de años.
La responsabilidad de probar el valor para la sociedad canadiense y las dificultades que tendrían para asentarse nuevamente en el país de origen recae única y exclusivamente en el solicitante de residencia permanente. El funcionario de inmigración no debe ser quien proyecte esta familia en el futuro para tratar de imaginarse cuál sería su contribución a Canadá o cuales las dificultades que enfrentarían en sus países.
El proceso de Humanidad y Compasión es uno de los más complicados en inmigración y tal vez el que más horas de trabajo requiere para presentar una solicitud bien sustentada. Si en este momento no cuenta con las pruebas suficientes para darle soporte a su caso, asegúrese de empezar a recogerlas para presentar el caso en un futuro. Inmigrar a Canadá es un juego de ajedrez donde el conocimiento de las reglas asegura el resultado aunque la partida se tenga que tardar más de lo esperado.
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