lunes, abril 21, 2008

Del Anglicanismo: Episcopado y Laicado

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De la vida de la parroquia y la diócesis
a la Conferencia de Lambeth y el Consejo Consultivo Anglicano

En la vida regular de una parroquia, por lo general hay una mayoría abrumadora de laicos y laicas, hombres, mujeres, niños y niñas, de fe cristiana y que han recibido, en algún momento de su vida, el sacramento del Bautismo, que participan con regularidad de la Santa Misa, o Santa Eucaristía, que sostienen la vida y misión de la iglesia, que ejercen sus derechos democráticos en la iglesia al participar de elecciones parroquiales, diocesanas y aún provinciales, y que ofrecen un testimonio cotidiano, persistente y encarnado de la identidad cristiana y anglicana que les reúne cada vez que ´hacen Iglesia´.

Y, en cada parroquia, por lo regular, hay uno (o varios) ministros, hombres y mujeres que han sido escogidas, preparadas y consagradas para servir en el sacerdocio activo de la Iglesia y, específicamente, de la Iglesia Anglicana. Este ministerio a nivel parroquial usualmente consiste de diáconos y diáconas, y sacerdotes. .



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A veces las especificaciones de género hacen la prosa un poco agotadora, pero es importante que, desde un principio, dejemos claro que, en la Iglesia Anglicana de Canadá, como en muchas otras iglesias nacionales o provincias de la Comunión Anglicana, hombres y mujeres tienen igual acceso a las órdenes ministeriales del laicado, diaconado, sacerdocio y episcopado. Y eso nos lleva a hablar de los obispos y obispas.

Las iglesias anglicanas -junto con las iglesias Católico-Romana, las iglesias Ortodoxas, los Vetero-Católicos y aún varias ramas de las Iglesias Luteranas- ha preservado lo que también se conoce como el triple orden ministerial (diaconado, presbiterado y episcopado) y que aquí describiremos como el cuádruple orden ministerial (laicado, diaconado, presbiterado y episcopado).

Que hayamos preservado este orden ministerial significa, entre otras cosas, que cada región misionera de la iglesia recibirá la supervisión y cuidado pastoral, administrativo y pedagógico de un obispo u obispa, que ejerce su ministerio episcopal entre el pueblo todo de la Iglesia, cuya inmensa mayoría son laicos y laicas, y lo hace en conjunto con el colegio de presbíteros y presbíteras, y es asistido en su obra pastoral por las diáconas y diáconos.

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El ministerio de los obispos y obispas, el ministerio episcopal, es una parte necesaria de la vida de las iglesias anglicanas. Nuestra organización, que a diferencia de las así llamadas iglesias cristianas congregacionales, concede mucha importancia a la comunidad local, pero la diócesis es el verdadero foco de la vida eclesial de anglicanos y anglicanas. En la diócesis nos reunimos alrededor de obispos y obispas, que representan para nosotros el ministerio de la Iglesia Universal toda, y nos representa a todos nosotros y nosotras ante esa Iglesia ´de todos los tiempos y lugares´.

El Obispo u Obispa, no obstante, es un siervo de la iglesia en la diócesis. En la Iglesia Anglicana de Canadá, los obispos y obispas son electos por delegados laicos y clericales, o ministros, de cada diócesis, y a lo largo de sus ministerios, los obispos se saben responsables, y en el deber de rendir cuentas ante la iglesia, específicamente, la iglesia reunida en sínodo.

El Obispo u Obispa también tiene un deber de cuidado pastoral de las iglesias en su diócesis. Es costumbre que el Obispo visite cada comunidad, cada cierto tiempo, lo mismo para administrar el sacramento de la Confirmación, que para predicar el Evangelio, presidir en la Santa Misa o Santa Eucaristía, alentar al pueblo de Dios en esa comunidad y proveer atención pastoral al clero, los ministros y ministras que allí trabajan.

Ésa es la vida diocesana, en una de las más de 800 diócesis que, reunidas en 38 Provincias, pertenecen a la Comunión Anglicana. Y, desde 1867, los obispos (y, desde 1998, también obispas) de toda la Comunión, cada 10 años y a invitación del Arzobispo de Canterbury –uno de los (4) Instrumentos de Comunión de la Comunión Anglicana- se reúnen en Lambeth, Inglaterra, para la conversación, el estudio, la plegaria y el consejo común, el aliento de los unos a las otras y la búsqueda y consecución de nuevas formas de cooperación y ayuda mutua en la misión de toda la iglesia.

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Hay que aclarar que estas Conferencias de Lambeth no son, en forma alguna, sínodos o concilios donde se legisla o menos aún toman decisiones de autoridad o disciplina con efecto para toda iglesia en la Comunión Anglicana. Como uno de los (4) Instrumentos de Comunión de la Comunión Anglicana, las Conferencias de Lambeth son reuniones de obispos y obispas, y desde el mismo comienzo, han sido reuniones de obispos sin intención alguna de producir doctrina, disciplina ni aún enseñanza de adopción obligatoria para provincia o diócesis alguna en la Comunión –además, claro está, de las que así decidan a través de sus mecanismos provinciales y diocesanos de gobierno y legislación.

La Comunión Anglicana, de por sí, no es el tipo de familia cristiana global que pueda acomodar forma alguna de legislación, gobierno o administración centralizadas (á la Católica-romana). Más bien, nuestra Comunión es una afiliación, libre y voluntaria, de diócesis y provincias autónomas en comunión con la sede anglicana primada de Canterbury y, con ello, las unas con las otras.

Pero aún esta comunión, de afiliación voluntaria y libre, necesita de algún mecanismo para la continuidad del trabajo y testimonio de la Comunión Anglicana como un todo. Y el Consejo Consultivo Anglicano –otro de los (4) Instrumentos de Comunión de la Comunión Anglicana- cumple precisamente ese rol.

El Consejo Consultivo Anglicano es el órgano de continuidad, coordinación y organización para la vida, ministerio y testimonio corporativo de la Comunión Anglicana. Está formado por obispos, presbíteros, diáconos y laicos, y recibe su membresía de todas las provincias de la Comunión. Se reúne con frecuencia anual, y sigue siendo considerado como el Instrumento de Comunión más representativo de la realidad local de la Comunión y, por ello, el más efectivo en considerar y dialogar directamente con esas realidades, en nombre de la Comunión.

El último instrumento de Comunión de la Comunión Anglicana son las Reuniones de los Primados, que de tiempo en tiempo reúnen a los obispos presidentes, moderadores, arzobispos o primados de todas las (38) provincias de la Comunión Anglicana, para la conversación, el estudio, la plegaria y el consejo común, el aliento de los unos a las otras y la búsqueda y consecución de nuevas formas de cooperación y ayuda mutua en la misión de toda la iglesia.

Justo como los obispos y obispas en Lambeth, razón que explica que las Reuniones de los Primados, tampoco, tienen como propósito el producir doctrina, disciplina ni aún enseñanza de adopción obligatoria para provincia o diócesis alguna en la Comunión –además, claro está, de las que así decidan a través de sus mecanismos provinciales y diocesanos de gobierno y legislación. Tal y como sucede con las Conferencias de Lambeth.

En la próxima edición Del Anglicanismo estaremos explicando un poco más sobre las Conferencias de Lambeth y el Consejo Consultivo Anglicano.
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